EDICIÓN 132 REVISTA KINETOSCOPIO
El mejor cine colombiano de este siglo (hasta ahora…)
Ya que la revista británica Sight and Sound actualizó el 1 de diciembre su encuesta mundial de las mejores películas de la historia, quisimos en Kinetoscopio hacer algo similar pero a nivel local, con nuestro cine y nuestra época. La premisa inicial era aparentemente simple: escoger entre todo el staff de Kinetoscopio las mejores películas colombianas (de ficción y documentales) en lo que va de este siglo y reseñar 22 de ellas, no una por cada año, sino el top 22, las mejores estrenadas entre 2001 y 2022 según nuestro concepto.
Elaboré el listado lo más comprehensivo posible, lo envié a los escritores y cada uno hizo su selección, no sin antes señalar algún involuntario faltante en la lista, que fue mejorada con los aportes colectivos. Tabulados los resultados, el panorama que este top 22 arrojó es –desde su subjetividad– un buen termómetro de lo que nuestro cine es y ha logrado en estas dos décadas.
Amén de logros técnicos y de calidad profesional que no tendrían por qué ser todavía un factor discriminador (no es este ya un “cine de la pobreza”), ha habido una notable presencia del cine colombiano en los certámenes internacionales, donde se ha enfrentado a la crítica internacional y al veredicto de los jurados, obteniendo unos resultados enormemente positivos, algo que en las décadas previas solo pasaba esporádicamente, como si fuese un bienvenido meteorito cayendo muy de vez en cuando en tierra. Ahora no, ahora es algo más sistemático, hay una presencia y una consciencia clara de las posibilidades que nuestras películas tienen de mostrarse, ser valoradas y ganar premios en los festivales. Esto, obviamente, les asegura visibilidad, mercado, prestigio, la posibilidad de nuevos proyectos para sus realizadores; y –tal vez, con buena suerte– algo de taquilla local, quizá lo más difícil de alcanzar para una cinta nacional pues el público colombiano desconfía de su propio cine, con el prejuicio de que sus temáticas son siempre las mismas, violentas, con el narcotráfico como centro o con la descripción sangrienta de las guerras civiles enquistadas en nuestra realidad.
El espectador promedio se quedó con esa idea y rechaza al cine colombiano venga de donde venga, excepto las insulsas comedias ultra comerciales de fin de año que apelan a la ramplonería como clave de su éxito. Por fortuna los cinéfilos más jóvenes parecen estar recibiendo sin prevenciones al cine nacional, acogiéndolo y reconociéndose en él.
¿Qué ha cambiado en el cine colombiano como para que ahora sea tan bien recibido en el exterior? Puede que aún no haya un concepto colectivo de “cine nacional”, pero lo que sí hay son autores –hombres y sobre todo mujeres– con una idea clara de lo que quieren decir y manifestar en sus narraciones, resultado de exploraciones previas en el cortometraje, síntesis de buenas influencias cinéfilas, de estudio. Esa honestidad se refleja en unas películas expresivas, complejas, insufladas de buenas ideas y que son imagen de sus creadores y de la realidad que los circunda. No es un cine escapista, es un cine espejo, reflejo diverso de lo que somos como sociedad, y sin temor a hacer denuncia o a ser críticos.
Uno ve este listado y ve además un saludable relevo generacional: acá siguen los directores consagrados por el tiempo, al lado de las nuevas voces consagradas por la comunidad cinéfila internacional. Hay fe en nuestro cine entregado a los nuevos autores. Solo me resta invitarlos a leer las reseñas de este top 22, elaboradas por este colectivo que hace Kinetoscopio y que tiene en el cine colombiano a su permanente objeto de acompañamiento, estudio y análisis.
Feliz lectura.
–El editor